La semana pasada hicimos una presentación personal de una de las socias de AIEDI Faktoria: Nerea, la que se cae en la madriguera y llega al País de la Sostenibilidad persiguiendo el conejo blanco; y, esta semana nos vamos a centrar en la otra socia: Maider, la que atraviesa el espejo como Alicia para entrar en otra realidad paralela en la que los cuidados y las personas y la vida están en el centro.
¿Quién es Maider de AIEDI Faktoria?
Pues parece que ahora me toca a mí. Yo soy Maider el otro 50% de la cooperativa AIEDI Faktoria. Para que me ubiquéis mejor soy la que no tiene gafas y, os lo pongo más fácil: ¡soy la pelirroja de rizos! Ya, ya, ya sé lo que viene ahora: “Tú antes eras pelirroja, ahora no tanto…”. Información capilar relevante: con los años se oscurece el pelo. Y este está siendo mi caso, porque en vez de aclararse con las canas, a mí se me oscurece porque no me acaban de salir. ¡Pero sigo siendo pelirroja!
Yo de pequeña
Recuerdo con mucha ternura el olor a palomitas y al anís de las rosquillas que hacía con mi abuela materna. Nos reuníamos las tardes de domingo, contra viento y marea (y aquí en el norte la expresión tiene su aquel porque llueve con ganas) y nos las pasábamos delante de los fogones con las manos llenas de harina mientras hacíamos las rosquillas y con los ojos bien abiertos por si salían disparadas la palomitas de la sartén.
Soy la mayor de tres hermanos y de pequeñita quería ser médica. Por cuestiones que nunca he sabido, me regalaron un disfraz de enfermera (entiendo que porque el de médica estaba agotado) y cuando nació mi hermano, que yo tenía cinco añitos, me planté en la puerta del hospital disfrazada de enfermera. Todo el personal sanitario que entraba y salía tenía una frase para mí, ¡os podéis imaginar! Al final los caminos académicos y laborales son inescrutables (como muchos otros) y no estudié medicina. Otro día me meto en las razones que me hicieron tomar otros derroteros para acabar siendo la que acompaña a otras personas en la toma de este tipo de decisiones.
Siempre hemos pasado los veranos en plena naturaleza haciendo acampada libre. Eso sí que era una verdadera aventura. Vivir, cocinar y comer al aire libre. Durante aquellas vacaciones, salió mi vena cocinera, y como se puede apreciar en la foto (y lo corroboran ciertos rumores familiares) disfrutaba a tope de la comida.
Yo de mayor
¡De mayor quiero ser feliz! y en ello estoy. Pienso que es importante ponerse retos en la vida e intentar conseguirlos pero igual de importante es disfrutar por el camino. Concederse pequeñas recompensas y alegrías que, al fin al cabo, son la gasolina que nos hace seguir hacia delante. Y ahí ando regalándome tiempo y cuidados para ser feliz.
Me considero tremendamente familiar y disfruto a tope de mi clan. También me encanta salir, divertirme, relacionarme, y disfrutar de pequeños (y grandes) momentos con mi gente, compartir experiencias y sobre todo reírme muuuuucho.
Lo que me gusta
Ahí van respuestas tipo test:
- La canción que me pone las pilas cuando necesito un chute de energía es “Don´t stop me now” de Queen.
- La banda sonora que me ha acompañado a lo largo de mi vida es la de El Último de la fila.
- Me gusta el color verde.
- Soy más de salado que de dulce y me puedo aficionar fácilmente a un platito de jamón y una copa de buen vino.
- Durante toda mi vida he tenido inquietud y curiosidad por aprender cosas nuevas. Ya lo decía mi abu: “esta chica, se jubilará y seguirá estudiando” y en ello estoy… (era muy optimista ella pensando en que podría jubilarme…)
- Yo también siento los colores rojiblancos, Como Nerea. Donde no coincidimos es en las regatas. A mí me ha acompañado toda la vida el color morado: como buena santurtziarra, soy de la “Sotera” que además este año está de racha y ha conseguido el doblete.
- Me gusta mucho disfrutar de la naturaleza, hacer excursiones, respirar aire puro y nadar. Me hace desconectar de las prisas del día a día y sentir paz.
Y hasta aquí lo que se puede leer…